Todo Mago que se precie debe tener su vara para abrir y cerrar sus actos mágicos. Las varas son portadoras de fuerzas divinas y de energías específicas. Para potenciar tus rituales elige el tipo de madera más adecuada.
- Varas de Abedul: Purificación.
En la Antigüedad, se azotaba con ramas de este árbol a las personas que estaban poseídas por "espíritus malignos". El fin era purificarlos y que esos seres se alejasen de ellos. Además, representa el principio de lo femenino y la conexión con la Madre Tierra.
- Varas de Avellano: Sabiduría.
Este árbol es mediador entre las fuerzas superiores y el brujo. Quien la tenga poseerá la lucidez para hallar soluciones en situaciones de conflicto y tener buen juicio para tomar decisiones correctas.
- Varas de Manzano: Amor.
Las varas hechas de este árbol ayudan en los hechizos de amor. Al igual que su fruto, esta madera se asocia al placer. La mejor rama para practicar magia celta, la llamada "Rama de Plata", es aquella que contiene brotes, flores y fruta madura del manzano.
- Varas de Pino: Fertilidad.
Su fruto ha sido considerado a lo largo del tiempo como un símbolo fálico. Esta madera potencia rituales de fertilidad, tanto femeninos como masculinos y, según los brujos experimentados, da unos excelentes resultados.
- Vara de Roble: Adivinación.
Este árbol es testimonio de la verdad, la nobleza, la ley, el orden y la visión elevada. A ningún mago, por todo ello, le debe faltar una vara de roble para que aumente su clarividencia.
- Vara de Vid: Felicidad.
Esta vara es capaz de aumentar el poder festivo, la alegría, la suerte, los buenos augurios a quien la lleve entre las manos. Por ello, debe usarse en los hechizos cuando se precise eliminar malas compañías, pasar malos tragos y seguir adelante a pesar de situaciones críticas.
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